Donde el
miedo anida,
y penetro en
tu cuerpo
radiante de
felicidad.
Poco a poco
recupero antiguos hábitos
que me dejan
envolverme en tu cintura
para mirarte
a los ojos fijamente.
Disfruto de
la vida
viviendo juntos en la distancia
y descubro
en cada encuentro
los senderos
que se esconden en nuestras pieles.
Descubro la
luna admirando en el cielo
la silueta ardiente
de tus más íntimos deseos.