Las horas
sin tí,
en la distancia
son el
silencio del reloj
cuando acaba
de sonar su campana.
La necesidad
de sentirte,
sin sombras
ni bruces,
sin pasado,
con presente
y mirando al
futuro.
Todo pasa
y el
silencio de lo que queda atrás
se rompe
cuando los gemidos de tu cuerpo
se desencadenan
entre susurros,
besos y abrazos.
Caricias
intensas
que se
convierten en mares de placer.
Sueños y
vivencias que surgen
de las dos
pieles cuando se unen.