con hojas
verdes y jóvenes,
con el deseo
irrefrenable
de dos almas
que se reencuentran.
Dos cuerpos
que se tocan.
Dos labios
que se funden
y el
recuerdo de lo vivido
que surge de
nuevo
de entre las
mismas palabras.
Dos miradas
que lo dicen todo
y el
desenfreno que vuelve
al latir de
nuestros corazones.
El camino
está abierto
y sabemos
que será largo y feliz para los dos.