Nunca dejes
que el tiempo cambie
porque los
sentimientos están en el aire.
Alza tu mano
bien alta
y atrápalos
para vivir con ellos siempre.
Coge mi mano
fuerte
y sigamos
juntos ese camino
que nos hace
tan distintos.
La meta no
está al final de la escalera.
Para llegar
a ella hay que subir escalones.
La meta es
la misma escalera
que nos
lleva al cielo de la felicidad.
Peldaño a
peldaño.
Amándonos,
queriéndonos,
respetándonos
y deseándonos.
La meta está
encima de nuestros corazones
que nos
ayudan a ver en el cielo reflejos de amor.