arrancando
los malos presagios
y tras la
tempestad
siempre llega la
calma.
Luces de
alborada llenas de ilusión
que anuncian
la llegada del día esperado
en el que
nuestras pieles
se seguirán amando.
Siempre adelante
mirándonos a
los ojos
y descubriéndonos
día a día.
Siempre de
frente
con la
mirada cautiva,
enamorada de
la luz de la mañana.
Para nuestro
camino,