dimarts, 14 d’abril del 2020

El beso, el inicio de todo




Sin dudarlo ni un segundo.
Necesito tu presencia junto a mí.
Besarte los labios sin pudor alguno,
morderlos, sentirlos, mojarlos, lamerlos.
Quiero que nuestras bocas sean
el preludio de cómo los dos,
haremos el amor después.
Roces, caricias, deseo, sentimiento,
humedad sin contenerse.
Lenguas entrelazándose
en los descansos de mordernos los labios.
Quiero que nos unamos por la boca
hasta que nuestros sexos se aten,
o desaten el placer contenido
que aún llevamos dentro.
Quiero que nuestras pieles se fundan
y que los labios sean la mecha
que encienda la tormenta del placer.
Quiero que te fundas en mi boca
para que me llenes de tus flujos
y llenarte de los míos a cada segundo.
Quiero que el placer se desate de nuevo
para que nos mantengamos atados los dos.
Que los labios sean mente,
y que la mente desate más placer
el de las cadenas que nos esposan
al deseo que escondemos tan adentro.
Que ambos seamos uno solo, para siempre.
Siempre eternos nuestros besos.