La vida es un constante zigzagueo.
Una forma material de subir y bajar.
Y lo peor es que hay veces
en las que pensamos
que todo va de subida,
hasta que llega el pico
y empezamos a mantenernos
y acabamos descendiendo.
Pasamos de tocar el cielo con las manos
a adentrarnos en lo más profundo
del más triste y solitario averno.
Subir y bajar de forma intensa, trepidante,
con malos momentos, otras con peores.
Pero siempre en el recuerdo
nos quedan los buenos,
los que permanecen en la retina del tiempo,
demasiadas veces esperando en silencio,
pero siempre con el anhelo de revivirlos de nuevo.