No rebusques
más en los cajones…
están cerrados
con llave
y la tengo
bien escondida.
En ellos
guardo mi corazón herido
Y también la
salud perdida.
No hay más
dolor que el silencio
que se rompe
en la tarde
a golpes de
sol y de agua.
Dolores que
se esconden en las heridas
para no
mojar mas tierra con lágrimas.
Rincones de
dolor escondido
en el que
las esperanzas se rompen
cuando dejan
de latir los sentidos.
Sinrazones
desesperadas
las que
pasan del buenos días de cada mañana,
al silencio
que rompe eternamente
la fuerza
para agitar mis alas.