Y el destino
se acerca lentamente,
con pasos
agigantados,
pero
lentamente.
Cada vez
queda menos tiempo.
Un simple
suspiro en la lejanía
y el tic tac
del reloj finalizará.
No habrá más
cuerda
que haga
moverse las manecillas
que la que
se necesita para llegar
hasta el
punto del final del atardecer.
Y la luna
seguirá buscando tu mirada
entre las
sábanas de la cama deseada.
Y la
retirada llega cuando se ponga el sol.
Finalizarán
las luces del alba
allá donde
el mar se esconde.