Y pierdo el
tiempo
que me queda
por vivir.
La barca de
la razón
pasa entre
aguas calmas
para no
despertar nunca
del sueño de
la madrugada.
Y pierdo el
tiempo buscando,
entre
colores,
el negro al
lado del negro,
y el blanco
más blanco
que el
propio blanco.
La luz de la
Luna me hace ver
que entre el
negro y el blanco
hay una
amalgama de colores
que me hacen
despertar a la mañana.
Y el Sol ríe,
escondido,
tras la reja
de su propia ventana.
Llora de
noche con las sombras
que las
lágrimas son ya agua mojada.