Juntos en el
prado de los sueños.
Retorciéndonos
de placeres secretos,
allá donde
el universo está al alcance de la mano…
Las estrellas
nos miran, vigilantes,
y la Luna sonríe,
expectante.
El silencio
es sonoro
con el ritmo
de las olas
detrás de
donde se esconden
los tesoros
más escondidos
que el
pirata dejo hace años
para que mis
dedos lo encontraran
allá en donde
baja tu ombligo.
Deseos que
se pierden
entre las
viejas hojas húmedas
del temporal
vivido
entre dedos,
besos y lenguas,
allá donde
habita el olvido.