Duele el
silencio.
Duele y daña
los oídos
y la mente
vive
su propia
destemplanza.
Viendo como
entra
la luz de la
Luna por mi ventana,
no se si
darte un beso de buenas noches,
o, llenarte
de besos toda la noche
hasta que
llegue la mañana.
Tantas cosas
que decirte
que se funden,
de forma descarada,
en el
silencio de la noche
y se mezclan
los sonidos
entre el
cielo y el suelo,
entre la
noche y la mañana.