Buscar en
los indicios de la mañana
la realidad
de un día lleno
de fértiles gotas
de lluvia.
Gotas que
dan vida
y que no se
esconden.
Buscan penetrar
en la tierra
para darle
simiente de deseo.
Donde el
control se pierde
en la
necesidad de seguir el camino
que marca la
vida misma.
No hay
remedios caseros
para las
lagrimas del cielo
que preñan
la tierra de esperanza.
El deseo de
la luz cada mañana
hace que los
ríos dejen de ser de lava
y sean vida
deseando crear más vida.
Luces de la
mañana con nubes negras
que impiden
ver nacer el sol
y como la
Luna se retira a su cama.