y la luz se enciende y se apaga.
La tormenta gris de la vida
nos come entera el alma
y deja encendida la luz más amarga.
El túnel se va abriendo, poco a poco,
delante de nosotros de forma lánguida.
Nos
adentramos en él
con el miedo al mañana
y las luces cada vez son más tenues
y
desaparecen de la mirada.
Solo sombras invaden nuestras mentes,
sombras negras
y muy raras.
Luces ya que no existen
más que en nuestra mente cerrada.
Recuerdos del
pasado
que afloran allá donde mueren las hadas
y nacen las brujas negras
que
nos destrozan el alma.
Solo tinieblas amargas
que nos cierran miradas.
Cerrar los
ojos es la salida más necesaria.