A veces,
el silencio es tan fuerte que ensordece,
pero otras,
ni el mismo silencio es capaz
de callar los latidos
de un corazón enamorado.
Un latido incansable,
y siempre rítmico,
capaz de encender en llamas
la humedad más profunda.
Son esos gritos del silencio
los que intentan ahogar las palabras,
pero la mirada de tus ojos
me ayuda a volar con sus alas.
Renacer de entre las cenizas
para encontrar la esperanza
que siempre está viva,
aun en la distancia.
Sueños de poeta
que se pierden entre versos y palabras,
pero que saben que la lucha
es dura, constante y diaria.
Caminos inciertos,
con mucha arrogancia,
que hacen que caminemos juntos
incluso donde la luz se apaga.
De la mano de los vivos
para luchar por nuestras almas enamoradas.
