que aun me queda
mucho que caminar.
Que mi mano sigue abierta,
para que tu la puedas agarrar.
Y los pasos son firmes,
tanto como lo es tu piel,
cuando mis manos la acarician
y la hacen estremecer.
Tu cuerpo se derrite como hielo
y me ayuda a calmar mi sed,
y renazco entre las cenizas
que me harán rejuvenecer.
Vivo el amor más sincero
que nadie pueda tener
y es que cuando te abrazo
mi piel se eriza
y las estrellas me haces ver.
¿Qué más puedo pedir ahora
que un beso de tus labios
deposites suavemente en mí?