¿Escribir para que o para quién…?
Solo somos capaces
de dejar volar la imaginación
y plasmar en unas líneas
aquello que anhelamos y deseamos.
Nuestros deseos de estar y de ser.
El problema es que,
después de imaginar e imaginar,
de dar todo el amor posible
en esas líneas de inspiración y ganas,
lo imaginado no se hace realidad.
Un fracaso y un fiasco
de la debilidad humana.
Escribir…
¿para que o para quién?
A quien le escribes…
¿sabrá valorar lo que le escribes?
El sinsabor de la razón
de los que pensamos
que escribir es, en parte, una entrega,
y los que piensan que para que escribir,
si luego no son realidades.