y respirar con la alegría
de quien renace de sus cenizas
y sabe que el ave fénix le espera
para resurgir y volar alto y lejos.
Tan lejos como para alcanzar
la morada de los sueños,
donde tu alma me espera
y tu cuerpo me desea.
Volar alto, muy alto.
Viajar lejos, muy lejos.
Allá donde las razones
son amores que se desencadenan
para luchar contra los malos vientos.
Allá donde las luces nos pertenecen
porque el futuro es nuestro.
Nuestro en la esencia
de los que nos amamos
tras las sombras de los arboles del bosque,
pero a plena luz del día.