Y luchare
siga mojando
la palma de mis manos
cada vez que mis dedos
se adentren en el.
Y que los montes que lo rodean
sean verdes y abiertos
para descansar
a la sombra de sus ramas
de forma plácida y sincera.
Y que los ríos de agua cristalina
que emergen de tus labios,
empapen mi deseo de ti
y me ayuden a ser más yo
en un tiempo de lujuria y de placer.
Y que ambos seamos
las luces que iluminan el espacio
entre el ahora mismo
y la eterna felicidad.