Caminando,
con el paso
de los años,
contra
viento y mareas,
con frio y
calor
con la única
meta de encontrar el alma…
Y te encontré
a ti.
Cogí tu mano
fuerte.
Te di la mía.
Y ese mismo
día
decidí
amarte por y para siempre.
Nos unen las
manos
de la fuerza
del corazón
y nos
guiamos uno al otro
con pasos
firmes
y
necesitados de amor.
Y juntos
seguiremos.
Juntos
lucharemos
para que la
vida que nos queda,
sea sobre el
camino más longevo.