Hoy si
pudimos.
Conversamos
el viento y yo
de camino a
la morada del deseo
y hablamos
de ti, y de mi.
Hemos descubierto
que eres el
complemento ideal,
con tus ojos
y tus labios,
a la
amalgama de colores
con que
despertó esta mañana el día.
Luces entrañables
que me decían
que el
viento te ama como yo,
porque el
viento soy yo.
En el me
ayudo para sentir cada instante
el contacto
de tu piel.
Y renuevo el
contrato
que ambos
tenemos firmado
para poder
sentir cada día
el aroma de
tu piel de manzana.
Amarte con
el viento,
de la noche
a la mañana.