inexorablemente
largo y tardío.
Pero entre los surcos de la memoria,
dejaré sobre
tu piel dibujado
el aroma de
los sentimientos
y vagaré
entre tus poros
para
sentenciar este encuentro.
Llegará el
día
en que nuestros cuerpos
conserven un
aroma especial
que nos
indique
que la mañana es nuestra
y que en la
batalla nocturna
ambos caímos
derrotados
por los
abrazos y los besos.
Caminare
sobre tu piel,
con mis manos,
marcando
caminos eternos