Amanece con
el cielo despejado
y mi mente
corre, rápidamente,
guiada hasta
ti sin dejar pausas.
Eres mi última
visión en la noche
y la primera
al despertar en la mañana.
Las luces me
acompañan
en el deseo
de sentir tus labios.
Entre nubes
de algodón
en un cielo
de amalgamas violetas
descubro la
intensidad
del rojo pasión
de tus sentimientos.
y descubro
que la distancia
es el
cimiento mas fuerte
para
quererte cada día.
No soy capaz
de dar un paso
sin pensar en
ti.
En mi cabeza
solo los recuerdos
de las caricias
de tu cuerpo
mojado por
el salitre de la necesidad de sentirse amados.