recibiendo
la suave brisa del mar en mi cara
a sabiendas
que es la misma brisa
que acaricia
tu cuerpo cada mañana.
Cada
instante de mi vida
pienso en el
camino de las nubes blancas
que desde tu
mirada a la mía
llenan el
cielo de algodón y esperanzas.
Un cielo de
colores,
reflejo del
mar y de nuestras almas.
Que
recuerdos imborrables
se ven en el
cielo de la mañana.
Necesito un
abrazo.
Sin prisas y
sin palabras.