Volar.
Superar el abismo
que hay
debajo de tus pies
y saltar
hacia adelante,
sin mirar lo
que se queda atrás
ni los
espacios que se pierden.
Olvidarse de
besos y abrazos
y volar con
firmeza,
hacia donde
no te espera nadie.
Volar.
Sin miedo,
pero siempre
con la mente en blanco.
Al vacio.