No es
necesario seguir sin prisas.
Buscar entre
las brumas de la noche
la necesidad
de tenerte a mi lado
y
despertarte de forma suave,
llenándote de
caricias y de besos
aunque no
estés a mi lado.
Cerrar los
ojos y sentirte,
cual
amanecer dorado,
y pensar que
las palabras
son la
simiente deseada,
de nuestro
bien más preciado.
Amarte en
sabanas de amor eterno
y descubrir
el placer cuando regrese a tu lado.