Recordar entre sueños
en tu presencia
y añorar tu ausencia.
Sentir como el sabor de tus besos
sigue en mis labios
y tu aroma en mi piel.
Como mi lengua
recorría tus pechos
poniendo tus pezones erectos
y mis manos paseaban
por la cueva del deseo.
Como surge, por instantes,
ese momento culminante
en el que nuestras mentes
y nuestros deseos
se funden en uno solo.
En un solo momento
de placer eterno.