Bésame despacio.
Como si se acabara el tiempo
y de nosotros dependiera prolongarlo.
Acaricia mis labios con los tuyos,
como el pez que acaricia el agua
para moverse y vivir en ella.
Unamos nuestras lenguas
y bebamos de nuestras salivas,
entrelazando nuestros cuerpos
como serpientes que se deslizan
por entre la humedad de las arenas.
Prolonguemos nuestros deseos
y unámonos por nuestras bocas
para amarnos en la eternidad.
Que sea el beso más largo y profundo
de cuantos nos hemos dado
en cada uno de nuestros encuentros.