La necesidad de estar juntos
está siempre presente.
Lo más lejos de ti,
la distancia que separa nuestros labios
cuando nos estamos besando.
La que se para mis dedos de tu piel
cuando te estoy acariciando.
La distancia más lejana
la de la pupila de tus ojos
cuando penetra en mi mirada.
Y estar dentro de ti
con nuestras pieles tocándose
allá donde el fuego del volcán
enciende hasta el mismo diablo.