Despacio.
No hay prisas
y el tiempo corre de nuestro lado
para poder seguir
los dos cogidos de la mano.
Nuestro tiempo
es el tiempo del quererse
y amarse, en silencio,
como los amantes de antes.
Con el placer de ahora,
con gritos ahogados
entre los deseos ocultos
que a cada instante imaginamos.
Y luchamos cada día por ello,
en que ambos damos
aquello que nos hemos reservado.
Amor con placer de enamorados
de las luces de la noche
con la luna mirándonos.
Luces de la mañana
entre flores en los campos.
Mi cuerpo te grita
para
poder poseerte.