Verte, sentirte, mirarte, tocarte,
enamorarme una vez más de tu mirada
y salir de tus sueños eternos,
para entrar en tu realidad.
Besarte apasionadamente
en lugares remotos y recónditos,
donde las miradas sean parte del beso
y el beso sea parte del placer inmenso
de pasar mis manos por tu espalda
y acariciarte cada centímetro de tu piel.
Y que mis dedos sean felices
entrando donde solo ellos pueden entrar.
Y que mis ojos se llenen de la luz
del destello de tu mirada.
Y que sepamos encontrarnos
donde amanece la mañana,
después de sentirnos para siempre,
dueños de las palabras
que nunca se lleva el viento.
Penetrar en tu gruta del amor
hasta que mojes mis piernas
y me hagas sentir feliz de tenerte.
