No importa
que importe mucho o poco,
pero si importa cuánto.
Porque el presente
es la forma más reciente
de sentirte valorado.
Porque las campanas suenan cada día
y suenan de la misma forma.
Pero si las oyes desde lejos
tienen un sonido más pausado.
Las luces siempre vencen a las sombras
y el Sol sale para todos por igual.
Amar en silencio también es amar,
sin necesitar cada día decir Te quiero.
Amar en la rutina cansa,
pero si inventamos cada día
un nuevo momento,
un nuevo espacio,
un nuevo tiempo,
un nuevo motivo
para seguir amándonos…
caminaremos juntos de la mano
aunque no estemos cerca uno del otro.
Y sentiremos la otra mano
acariciando nuestra piel,
hasta que logremos encontrarnos
de nuevo con las mismas ganas,
allá donde se duermen los sueños.
Con la Luna mágica vigilándonos
tras las cortinas de la ventana
hasta que el sol llegue de madrugada, al alba.