Sigilosamente noto tu presencia a mis espaldas.
Te acercas sin hacer ruido y poco a poco
te aproximas a mí de forma cautelosa y callada.
Tu respiración es la única señal que te delata
y la siento detrás de mí, cercana, con tu presencia.
Susurros al oído con palabras exactas,
justas, necesarias, solemnes, deseadas y esperadas.
Besos en el cuello donde se inicia la espalda.
La suavidad de tus manos apretando mi pecho
para juntar nuestras pieles en un solo gesto.
Deseo de encontrarnos entre luces de esperanza
para buscar nuestras sombras y descubrirnos
silenciosamente como el amor nos nombra.
Besos sutiles que llenan mi alma pintada
del ser que en ti llevas y que siempre me ama.
Encuentros de amor en una mañana de añoranza.