Estar frente a ti
y descubrir de nuevo la felicidad.
Tu sonría amplia
inunda tu cara de luz radiante
y mis manos corren rápidas a buscarte.
Y encuentran tu piel
y tos ojos se encienden.
La llama del amor y del deseo
nos invade y la felicidad
hace que se mezclen nuestras lenguas
en un ardiente beso.
El momento se presenta
y nos ayuda a reencontrarse
nuestros cuerpos sedientos de placeres
que se esconden allá en los adentros.
Amor de siempre, para siempre, eterno.