Despierto.
Una vez más
la cama esta sola y fría.
Faltas tú.
Poder sentir
las manos del uno en el otro.
Recorrer cada milímetro de tu cuerpo,
y perder la cabeza
con el contacto de nuestras pieles.
Que nuestras lenguas
se fundan en una sola
para dar paso
a los placeres de la vida.
Sentir como nuestros cuerpos
explotan en un orgasmo,
para quedar rendidos,
tirados sobre la cama,
mientras pasan las horas
abrazados uno al otro.