Marcándola como
a fuego.
Recordándote
que cerca,
al lado de
tu mente,
anido en tus
desvelos.
Pensándote a
cada instante,
con el rumor
de las olas de fondo,
pensando que
nuestros cuerpos
se funden en
uno solo.
Y a lo lejos
gaviotas
marcando
nuestros anhelos más deseados,
con el ritmo
frenético
que imponen
nuestras manos.
Lujuria para
amarnos
aunque
estemos cada uno
en una parte
del globo terráqueo.
Mundos
diferentes pero tan cercanos.