Tus ojos
arden cuando me ven.
Derriten el
hielo que nos separa
y rompen la
barrera del frio
que no nos
sirve de nada.
Y seguimos
en el camino
que nos
lleva hasta la Luna
para hablar
los dos,
con ella de
testigo,
de lo largo
y eterno
que ha de
ser nuestro amor.
Y con las
últimas nevadas,
está a un
solo paso de llegar la primavera.