Emocionarme
contigo
y crecer muy
alto,
hasta donde
las nubes se atan,
de forma
fuerte y firme, al Sol
para hacer
un lecho de algodón
hasta que
llegue la Luna.
Compartir contigo
los momentos
de la eternidad
compartida
con las estrellas
allá donde
el firmamento
sigue
estando por encima
de las
realidades más sinceras.
Descubrir de
una vez por todas
que no hay paraíso
más real y sincero
que cuando
nuestras pieles se tocan
en la alcoba
de la primavera.
Y cuando las
pieles hablan…
que se
callen de una vez las hienas.