Puede ser
que en la
vida que nos toca vivir
haya horas, días,
semanas, años
que no se
queden en la memoria,
pero te aseguro
que hay instantes
que jamás desaparecerán
de ella.
Momentos felices,
de esos que
marcan la misma existencia.
Una sonrisa,
una mirada tuya eterna
que dice más
que mil poemas
sinceros y
llenos de levedad
y realidad,
de deseo y de ganas,
de placer y
placeres.
Eres un
momento eterno
que nunca
puede desaparecer
en el resto
de mis días.
Eres la luz
más sincera
que ha
alumbrado mi retina.
Eres el
deseo encantado
por las
hadas de la vida.
Eres luz
explosiva
que emerge
de las tinieblas
para
quedarte conmigo
todo lo que
me queda de vida.