Incrédulo,
me recreo en
las formas
que le
ofrecen a mi vista
la esencia
necesaria para sobrevivir,
por
instantes, acercándome a ti.
Descubro entre
luces y sombras
la hermosura
de tus labios
pidiendo ser
besados por los míos.
Avanzo, sin
miedos,
para
disfrutar del elixir de tu propio sentido.
Navego por
entre tu cuerpo
para
descubrir toques de colores
que me hacen
sentir el placer desenfrenado
de las
formas conjuntas
de nuestros
cuerpos fundidos.