No es el
fuego eterno
ni la vida
que se moja
en cada una
de las llamas.
El fuego
está por dentro y me quema,
y ahoga cada
una de mis palabras.
Los
sentimientos no fluyen,
solo
esconden realidades ofuscadas
que no
entienden de sueños,
ni de lunas,
ni del calor de la esperanza.
Lo que ha
pasado no ha sido un incendio.
Lo que más
quema son las palabras
que vienen
de quien deseas
y a quien
tanto amas.