dilluns, 12 de juny del 2017

El corazón sufre, pero es quien manda

La razón de lo real anida
donde el temblor de la tierra
sacude nuestras entrañas.
Allá donde la luz es ciega
como las sombras del alba.
Donde el sentimiento se esconde
con el sonido del tambor del alma
y con el corazón en su sitio,
sin dañar ni de frente ni de espaldas.
Porque mi corazón es latidos,
a pesar de las  cicatrices
que lo llenan de marcas.
Porque así lo he decidido.
Mi corazón ama,
pero también siente,
también se le daña.
Pero ante todo siempre,

haré las cosas que el corazón manda.

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