No quiero
que te quedes encerrada
allá donde atracan las barcas.
Ni que dejes
que pueda contigo
la
desesperanza de las hadas.
Quiero que
seas tú a mi lado
y que me
abraces cada día por un lado.
Y tampoco
quiero que dejes a mi corazón
huérfano de
tener a tu corazón.
Quiero cada
día poder cantarte
una canción
desesperada de amor.
No quiero
que arregles nada
que ambos no
podamos arreglarlo.
No quiero
que ahuyentes a ningún espíritu
Y que te
conviertas en algo extraño.
Lo que si
que quiero es apoyarte
en lo bueno
y en lo malo
y que cuando
salgas a la calle,
tu sonrisa
vaya de lado a lado.
Y hacerte el
amor despacio
sin prisas
ni equivocarnos
y sabiendo
que estamos juntos,
unidos y
acompañados en el espacio.