Porque
quiero llenar
mi casa de
rosas y no de espinas.
Porque quiero
conocer
el camino
que me lleve a tu lado.
Porque quiero
seguir a la Luna
para
desearte con anhelo,
a cada instante
de mi esencia.
No quiero
lagrimas en la lejanía.
Quiero abrazos
a tu lado
que me
demuestren despacio,
que el
camino a la Luna
no ha sido
el camino equivocado
y que me ha
guiado
con las ansias de amar
y saberme
amado.
Porque la
luz cegadora de la noche
me hace
viajar hasta ponerle
un mantón de
manila a los ojos
que me miran
en la cercanía de la distancia.
Y ser feliz
al instante,
con el
brillo que tus pupilas me regalan.
