No puedo
olvidarme
ni de pasos
extraños
ni de
miradas ocultas.
Trazos
firmes en un lienzo
en el que los
ojos son la luz
de la morada
de las hadas.
Paso firme y
seguro.
Y no es cosa
de dedicarte
tan solo un
minuto.
Prefiero dedicar
toda mi vida
a dibujarte
sonrisas en tu cara.
Llevo tatuado
en mi corazón
el olor de
tu piel.