Mirarte a
los ojos.
Sentir como
todo resbala lentamente
más allá que
unas simples palabras.
No escondas
tus gemidos
en el lado
oscuro del silencio.
Grita y alza
la voz
allá donde
anidan los sentimientos
y rompe las
barreras
que te atan
a una pareja sin saberlo.
Vive el
camino del placer,
donde las
nubes dejen de ser
negros
presagios escondidos
en una
maleta del pasado
que no sirve
más
que para
embadurnar de fango
aquello que es
tu pensamiento.
Hagamos que
el deseo
vaya más
allá que el amor
y se
convierta en las ganas
de que
nuestras pieles se fundan
en un largo
beso que sea eterno
y que todo
fluya con intensidad
cuando se
rocen nuestros cuerpos
con la
necesidad respetuosa
de los que siempre desean oírse,
cuando se
aman en silencio.
Y que la
Luna me lleve donde anida tu tiempo.