te congele
el alma
y no te
permita
usar tus
labios de esperanza.
No dejes que
tu alma se encierre
donde el
horizonte de las llamas.
Sonríe siempre
con tus labios.
Es lo
segundo más importante
que puedes
hacer con ellos.
Y con el
besos de tus entrañas
quémame en
silencio
allá donde sonríen
las hadas.
No hay
miedos ni versos
que no
enciendan esa boca
que siempre
está llena de deseo.
Porque tus
labios
se humedecen pensando
en
los labios de la persona amada.
Besa fuerte,
como si el
mundo se acabara,
porque con
un beso tuyo
se encienden
las brasas
de la vida
cada mañana.
No escondas
el deseo
de besar y
ser besada
porque las
luces del cielo
necesitan
del calor de tu mirada
cuando unos
labios se posan
en tus
labios de mujer deseada.