Lanzarse por
la carretera
sin
frenos,
pero con la sabiduría
que nos da
el tiempo.
Pensar en el
camino de la vida
donde los
sueños anidan
mucho más
allá del cielo.
Y donde la
Luna esconde
las prisas
de cada mañana
para poder
contarte al oído
que los
sueños son inmensos,
porque no
solo te tengo,
sino que al
mismo tiempo
consigo
hacerte, despacio,
lo que tanto
deseo.
Sin frenos
por el
camino del viento,
donde luces
y sombras sueñan
con nuestros
cuerpos juntos
a la luz tenue
de la presencia
de ese amor
verdadero.