Mirar tus
ojos y leer la felicidad.
Escuchar una
palabra de tus labios
y enmudecer
de silencio
para no
entorpecer
cada uno de
tus sueños.
Volverme loco
de felicidad
cada vez que
te pienso,
y pensar que
loco seria
estar a tu
lado cada día.
De felicidad
moriría.