La mirada
perdida,
extrañando
los momentos vividos
en el
instante del deseo.
Mis manos
recorren cada una de tus palabras
con el
aliento incesante
de la
necesidad de la luz
por empezar un nuevo día.
El alba nos
descubre verdades humanas.
Deseos
ocultos bajo los pliegues de tus nalgas.
Penetrante
necesidad de introducirse
allá donde
acaba tu espalda.